lunes, 3 de octubre de 2011

LA GUERRA FRÍA…


Déjalo atrás pero si no piensas hacerlo, si estarás invadido por el resentimiento solo entonces piensa en rectificar pues yo no tengo la culpa de la sinceridad, tengo fe en mi misma, creo en mí, y es que yo soy mi propio gurú.

Fue breve tu bienvenida, pero tan significativa… ¿Qué esperabas de mí? Solo había luces, daban vueltas en signo de burla por mi propio desprecio por tu causa, tu ausencia, hasta incluso tu presencia. Fue por ellos, los puñales, de esos que hieren y terminan con todo tu mundo, sin conservar nada a cambio; ¡qué triste! Y tú, sin darte cuenta, o quizás sin echarle cuentas, quién sabe…

Te será fácil buscar, pero encontrar, ¡qué ardua tarea!. No divagues, te lo dice una adicta al flirteo, una bella durmiente que nunca despierta, una ilusa, una que tiene mucho que perder pero no quiere ganar en tu terreno que es tierra batida.

Y sé que me invitas a soñar de manera natural, pero no puedo, tengo la impresión extraña de que eres temeroso polvo azul, que desapareces y piensas que no ha pasado nada. Siento decirte que yo también he cambiado, ya no soy la misma, soy más fuerte, nadie podrá romperme más, ya no estoy vacía y nada más, solo tú puedes herirme, con esos ojos ingenuos, cálidos, en el fondo son nocivos, se clavan como si nadie los pudiese alcanzar.

Las distancias menguan, pero tú y yo tan lejos, sin  embargo te extraño más que nunca, nos recuerdo al anochecer, tan solos… Arrepiéntete, no siempre estarás iluminado por ese haz de luz que te sigue a todas partes, pronto se apagará, y con él, este viaje en cáscara de nuez, con mochila a cuestas, aun así la luna te acompañará, no temas, eres el elegido.

Un milagro tiene que pasar para convencerte de esta eterna idea, eterno clima, de este universo, tan diferente cuando estabas tú.

¿Qué lograre con esta aventura? Fue tanto tiempo en vano, tantas esperanzas fallidas, se me hace difícil recordar el objetivo con el que partí de aquellas extrañas tierras verdes y altas, para emprender una aventura a tu lado, en extensos asfaltos céntricos de la tierra de nunca jamás. Solo espero que la lluvia al caer limpie mis penas, y al sonreírme sentiré ese frescor de aliento maldito con pizca de picante, como si fueses un espejismo lejano al que no puedo abrazar. Déjame perder la fe, mientras no amainen mis rencores solo entonces será porque creeré en los milagros.

Te quiero porque tengo alma de artista herida, de poeta eterna, bohemia, transgresora, sin límites que coarten mi creatividad, a tientas va por tu mente robándote parte de ti, de tu esencia, reclamando mis besos, mis caricias, tanto como la ausencia de oxígeno.

Hace tiempo  que me encuentro en este cuento del que no quieres salir, pero lo siento el juego de la venganza termino, ya ni quiero ni tengo fuerzas para participar, aunque tu única pretensión sea hacerme enloquecer quiero escapar de este eterno anochecer. No quiero ser la víctima, consentir malos vicios. Reclamo a gritos la desintoxicación del ser que más he querido en la vida. No tuve ni vida, ni guía, ¿quién me ha visto y quién me ve? No niego que son mis fantasías dañinas, malvadas, perversas, pero ya no soporto el calor, soy un cuerpo hueco, un fantasma serpenteante, una sombra de aquello que un día fui. Una hada tobillera, que se convirtió en repulsivo duende sin demasiado sentido del ridículo.

¿Acaso ocultas algo? No correré, ahora esperare. Me mortificas sin piedad, atrapándome dentro de tu propia piel, no lo consentiré prefiero una vida vacía sin más, a sentirte en mi, otra vez robando mi esencia… Nunca más ser un alma invadida…

miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA CRUDA REALIDAD....


Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas, fantaseabas sobre como seria tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas, por la noche te echabas en la cama cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas, pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas han volado la mayoría de la gente acude a aquellos en quien confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y vera que se han hecho realidad.

Cuando el día llega a su fin la fe es un misterio, aparece cuando menos te lo esperas, es como si un día te dieras cuenta que los cuentos no son exactamente como habías soñado, el castillo puede que no sea un castillo, no es tan importante eso de ser felices para siempre basta con ser felices en el momento. A veces muy de vez en cuando la gente puede darte una grata sorpresa, de vez en cuando la gente te deja sin respiracion

viernes, 23 de septiembre de 2011

HE APRENDIDO....


He aprendido....que nadie es perfecto.
He aprendido que....la vida es dura, pero yo lo soy más!!
He aprendido que....las oportunidades no se pierden nunca, las que dejo marchar..las aprovecha otro.
He aprendido que....cuando siembro rencor y amargura la felicidad se va a otra parte.
He aprendido...que necesitaría usar siempre palabras buenas... porque mañana quizás me las tenga que tragar.
He aprendido...que no puedo elegir como me siento... pero siempre puedo hacer algo.
He aprendido que...es mejor dar consejos sólo en dos circunstancias... cuando son pedidos y cuando de ello depende la vida.
He aprendido que...cuanto menos tiempo derrocho... más cosas hago.

sábado, 19 de marzo de 2011

¡Silencio, se ruega…!

¿Estamos comunicados en exceso? Pasamos el día recogiendo datos. Estamos sobreexpuestos a comentarios, opiniones, interpretaciones... Nos dicen infinidad de cosas. Nos informan por todos los medios posibles. A todo esto se suma el facebook, twitter… donde todos somos emisores y sobre todo receptores. Aunque muchos blogs (sobre todo el mío) tienen apenas seguidores, eso no nos impide opinar, y verter información, ruido al fin y al cabo. No sólo queremos escuchar, sino que tenemos mucho que decir. Podría ser, sin temor a equivocarme: ¿qué queremos hablar cada vez más, y escuchar cada vez menos?

El silencio es importante. Me pregunto: ¿existe el silencio por sí mismo, o es la falta de sonido? Raro ¿no? Si no estuviésemos, el silencio gobernaría, o sea que supuestamente sí existe, no es como otras cosas que se definen por la ausencia de algo. Nosotros eliminamos el silencio: ya a las seis de la mañana el camión de la basura con sus 75 decibelios. Atasco en carretera, 65. Unas obras con taladradora, 125. Música en la discoteca, 100. Cada día se soportan picos de sonido que superan con creces el límite considerado tolerable para el oído humano. La OMS considera los 50 decibelios como límite superior deseable. Una conversación alcanza los 30. El sonido en el campo, 10. Nuestro oído alcanza el umbral del dolor al escuchar 140 decibelios y un avión que está despegando genera 135. La continua exposición al ruido puede provocar problemas de salud.
La sociedad es cada vez menos permisiva con el ruido. Prueba de ello son las sentencias millonarias que ganan los ciudadanos por este motivo.
Esto del ruido me recuerda una historia que me contaron en clase hace ya unos cuantos años:
“Cada vez que lo encontraba, un vecino de casa importunaba a Albert Einstein haciéndole preguntas. Un día le dijo:
Profesor, ¿usted también ha descubierto la fórmula de la felicidad?
Claro que sí respondió el científico.
¿Me la podría decir?
Escriba: A = B + Y+ X+ S
No comprendo.
Se lo explicaré: A es la felicidad, B es el amor, Y es el trabajo y X la riqueza.
¿Y la S?
¡La S dijo Einstein suspirando, es el SILENCIO!”.

En esta sociedad “sobrecomunicada”, ansiosa por decir…, es natural que sea difícil persuadirnos de evaluar nuestras cualidades para luego con perspicaz autocrítica optar por llamarnos al silencio; aunque no por eso debiésemos dejar de aspirarlo. Lo que fácilmente podemos hacer es al menos “callar” a mucho de lo que tal vez sin darnos cuenta exponemos en exceso.

Y es cierto que el silencio tiene valor: para estudiar, para relajarse, para reflexionar, para meditar, para concentrarse… para TODO. La vida está llena de ruido que fomenta la televisión, la radio… nos hacen vivir contra reloj en un absurdo apresuramiento que nos destruye. En espera de todo, no tenemos tiempo para nada. Reflexionar es un acto fundamental de la propia existencia humana. Momentos en que te vuelves sobre ti mismo para examinar tus pensamientos y afirmarte más en los verdaderos y auténticos. Lleno de ruidos, no piensas.

Nos da miedo el silencio. Nos disgusta porque nos duele algo dentro. ¡Qué poco es el tiempo que dedicamos a escucharnos a nosotros mismos! Escuchamos música horas, hablamos... ¡Y no podemos dedicar un rato a escucharnos a nosotros mismos! ¿Qué es lo que nos pasa? Esta noche haré una noche de silencio, como una señal de reivindicación del papel que juega el silencio. Voy a escuchar el silencio.

Reflexionaré sobre un famoso y antiguo proverbio de origen hindú, que dice: “Si lo que vamos a decir no es más valioso que el silencio no deberíamos decirlo”. De la misma manera si lo que vamos a escuchar tampoco lo es, no deberíamos perder el tiempo escuchándolo. Fomentemos los silencios para pensar, y cultivar esas otras cualidades que, eventualmente, valdrá la pena contar en reemplazo de algún silencio.

P.D: Esta será la última entrada para este mes, ya que tengo exámenes a finales, así que tomaré ejemplo de las palabras que he escrito, y me dedicaré a estudiar y estudiar… En Abril volveré dando más guerra si cabe jeje. Gracias por leerme.

miércoles, 2 de marzo de 2011

SON MIS AMIGOS, EN LA CALLE PASÁBAMOS LAS HORAS...


Hay días que no te imaginas. Cosas que pueden suceder y te hacen sentir diferente. Días en los que resurge una de esas amistades que ya creías disipada. Crees que la esperanza está perdida y de pronto, te das cuenta que tienes mucho que contar, decir, sentir.

Esa llamada, esa visita, te llena de un sentimiento extraño. Vuelves a vivir sin pensarlo. No creías que una conversación (seguramente pendiente), una coca cola, una sonrisa… te pudieran volver a hacer sentir eso que anhelabas tanto.

La amistad renace, porque la esperanza de un encuentro, te alegra la vida. Es sencillo y no lo crees. De repente, no quieres irte, quieres estar ahí, quedarte... Recuerdas historias, anécdotas. Eres distinta, te sientes diferente.

La amistad… complejo explicar lo que es. Para mí no es solo tener a alguien con quien charlar, a quien contarle tus secretos, con quien ir de fiesta o simplemente con quien tomar algo una tarde. Es mucho más, la amistad supera todos los límites que la vida nos presenta. La amistad verdadera es como una carrera llena de obstáculos que hay que ir sorteando, costarán más o menos pero las únicas que aguantaran hasta el final serán las que realmente valgan la pena, hay quienes se rendirán, o simplemente se cansarán de ser amigos tuyos para buscar otras amistades, otras vidas, otras carreras. La verdadera amistad no entiende de cansancio, no entiende de obstáculos, tan sólo entiende de metas que alcanzar.

El verdadero valor de la amistad es superar lo imposible: aprender a entender, a escuchar y sobre todo a perdonar. La amistad es un don que a veces puede llegar a confundirnos sobre dónde se encuentra la verdadera frontera entre la amistad y el amor. En una ocasión leí que ésta frontera a veces puede resultar difusa…¡cuánta razón!

Lo importante de una amistad es “acompañar”. No es indispensable hablar. Lo que vale es respetar el sentir verbal o silencioso, latente o manifiesto de compañía o soledad. Acompañar es intuir la carencia del otro. Es un servicio de lealtad, un punto de contacto: más cerca de los sentimientos invisibles que de la mera proximidad física. Acompañar no es pared sino puente.

Así que “No digas nada, absolutamente nada”. Lo que importa es estar ahí en el momento justo. Y a veces es difícil acertar, por mucho que conozcas a la persona, en una situación complicada no sabes si haces falta o molestas. Es complicado, como todo lo que se refiere a relaciones humanas.

Una presencia discreta aunque tímida. Un cruce de miradas. Un gesto amable. Una atención. Un acogedor abrazo… Siempre fortalecen. Lo importante es seguir estando cuando los otros ya “han cumplido.”

Tenemos amig@s en las distintas estaciones de nuestra vida. Le damos diferentes grados de importancia y trascendencia. Nacen de inquietudes, pasatiempos, o incluso de enemigos comunes. Algunas tardan años en consolidarse y otras tan solo unos minutos.

La amistad es una de las relaciones más importantes: durante muchos años deje de creer en ella, creía que se puede vivir sin amigos, que es mejor vivir sola porque no hay sinceridad entre personas, pero gracias a una amiga “repescada del pasado”, últimamente tengo fe, me doy cuenta que me ayuda cuando estoy en mal, cuando estoy nerviosa, sé que puedo contar con ella y, por otro lado, me hace olvidar los problemas.

Siempre debemos estar agradecidos por una amistad: los de aquí, los de allá, los presentes, los ausentes, los reales, los imaginarios, a aquellos que lo han sido en momentos maravillosos e importantes y a aquellos que diciéndose amigos no lo han sido.

lunes, 21 de febrero de 2011

LA PUBLICIDAD

En clase estamos tratando el tema del mercado y la publicidad. El profesor se dedica a “llenarnos” de teoría absurda, la cual no importa si entendemos o simplemente llegamos a digerirla como podemos… En todo caso, en una de sus clases comentó que, según los publicistas, los buenos anuncios son los que no se comprenden. Yo ya advertía que no se entendían, pero no me había dado cuenta de que fueran “buenos”. Aunque como tengo complejo de inferioridad, pensé que no los comprendía porque estoy llena de lagunas.

Pues lo que pasa es que los hacen incomprensibles, porque “lo incomprensible” vende, y mucho. Esto no es nada fácil: a poco que te descuides aparece un argumento, una trama, un nudo, un desenlace... ¡Si es que desde luego el sentido acecha por doquier! Por tanto lo primerísimo que ha de aprender un publicista competente es a protegerse del sentido común, y me pregunto yo: ¿encontráis a esto algún sentido (y valga la redundancia)?

Pues doy fe que lo logran. Cuando llega el bloque de publicidad comercial, se origina en la sala de estar un silencio atroz y toda la familia perpleja frente a unas imágenes completamente absurdas, y sin ningún sentido, se encuentran sin saber que decir.

No hay nada que enganche tanto la atención y la curiosidad como la incoherencia. Hasta el perro deja de ladrar frente a esos mensajes con nada dentro. De todo esto nos damos cuenta cuando compramos un paquete de palomitas y, al abrirlo y ver que está medio vacío, comprendes hasta qué punto la publicidad miente, para luego distinguir entre la publicidad “fidedigna, fehaciente, y veraz”, y la “falsa, o dudosa”, pero esta distinción no merece la pena ¡si realmente el 90% de la publicidad es engañosa!: que si anuncios de helados que en realidad son puré de patatas con colorante, anuncios de pavos barnizados… Y eso que si tenemos suerte entendemos el anuncio, pero la mayoría de veces ni siquiera sabemos cuándo el anuncio es de croquetas o de aspiradoras.

“¿Qué anunciaba?” pregunta la familia tras haber visto pasar 15 segundos de imágenes a 100 por hora.
-“Un frisbee”, dice el pequeño.
-“Rosquillas”, asegura la abuela.
-“Una paella”, añade la madre.

Lo más probable es que no anunciara nada…, absolutamente nada. Todo lo que la publicidad pone a nuestra disposición está igual de hueco y vacío que aquel paquete de palomitas. Por eso no nos saciamos con nada…, aunque nos encontremos en una sociedad de gordos. Llegará un punto en el que los empresarios “de nada” establecerán una base común para la publicidad, pues los anuncios de caramelos servirán para anunciar indistintamente, collares, mantas, microondas...

Si vosotr@s no entendíais los anuncios es porque no había nada que entender, la publicidad es así, mensajes incongruentes que captan nuestra atención y supuestamente nos incitan a comprar lo que anuncian, si es que sabes lo que es, claro… Como se suele decir en el mundo de la publicidad: ¡Hasta la mala publicidad es publicidad!